Introducción al Mixkoakalli

Introducción al Mixkoakalli

El conjunto de ideas prevalecientes de la cultura Nauatl, transmitidos por los maestros del Movimiento Confederado Restaurador de los Valores Culturales de Anauak. Particularmente por Zuia Tlamatini Izkalotzin Zepayeuatzin. Son la prueba viviente de la poderosa Tradición Oral, misma, que ha permitido el continuo resurgimiento del proceso de enseñanza – aprendizaje que utilizaron los antiguos maestros de Mexiko – Tenochtitlan.

En este ámbito, la Lengua Nahuatl ofrece la posibilidad de acceder a nuevos conocimientos, su poder nos remite al origen de las ideas y su evolución posterior en la esfera del conocimiento. Para ejemplificar su concepción aglutinante de la realidad, descifremos el vocablo Mixkoakalli, compuesto por tres partículas, cuyo significado puede explicarse de la siguiente manera:

Mix se deriva de la palabra Mixtli, sonido que identifica la esencia dinámica de las nubes; el principio del trueno que profetiza la vida; la chispa que inicia el reverdecer del planeta y la fecundación de las semillas diseminadas sobre el rostro inteligente de la Tierra.

Koa se deriva de la palabra Koatl, resonancia que designa a la serpiente. Onda expansiva, generadora de la vida sobre la Tierra. Inteligencia cósmica que se propaga en todas direcciones.

Kalli significa casa e indica el lugar donde todo es creación; el lugar de nacimiento del universo; el origen de la energía y la materia.

De esta manera, Mixkoakalli significa, literalmente, la casa de la serpiente de nubes. Aunque, adentrándonos en el contexto filosófico, descrito previamente, designa el lugar donde nacieron el tiempo y el espacio; el resplandor de la estrella inaugural; la expansión del cosmos y el sonido infinito de la explosión primigenia. Designa, por extensión, el lugar donde la gente aprendía a vibrar y a percibir el primer latido del universo.  

Por esta razón, hemos elegido este vocablo como la entidad protectora de la Musicoterapia, para sentir la luminiscencia de aquel que se quita la piel y viaja a la velocidad del sonido; para perpetuar nuestro origen autóctono, en la búsqueda de nuevas experiencias intelectuales y  energéticas, que nos devuelvan al regazo amoroso de la libertad.